La información ha cambiado al mundo. Bueno, más bien, el acceso a ella. Por ejemplo, en tu vida cotidiana, las plataformas digitales tales como Uber, DiDi o Cabify no hacen otra cosa más que facilitar el intercambio de información necesaria para ponerse de acuerdo sobre el viaje que solicitaste. Antes de que surgieran, los dueños de la información podían reservarse la tarifa, el tiempo de llegada y la ruta. Lo cual provocaba todas las insatisfacciones e ineficiencias de los taxis que hacen que las plataformas sean más atractivas. Estas son las TICs.
Dicho simple, las Tecnologías de la Información y la Comunicación son el compendio de artefactos, plataformas digitales y programas informáticos que facilitan el acceso, intercambio y procesamiento de información. Por ejemplo, los teléfonos, el radio de dos vías, las bases de datos, los foros web, el Internet y las computadoras son buenos ejemplos de estas tecnologías.
Cada vez son más las industrias transformadas radicalmente por las TICs y es que lo más remarcable sobre ellas, es que son un gran ecualizador. Por ejemplo, en el sector educativo, los cursos abiertos masivos en línea pusieron la educación de prestigiosas universidades al alcance de cualquier persona en el mundo. Esto significó un altísimo crecimiento en las capacidades y competencias de la fuerza de trabajo global, algo imposible de lograr bajo el esquema tradicional.
La agricultura sigue siendo la espina dorsal de muchos países en desarrollo y uno de los más grandes sectores de la economía global. Por lo tanto, es imposible que la digitalización de la economía no la alcance tarde o temprano. Especialmente, porque ahora más que nunca, el cambio es necesario.
En pleno siglo XXI vivimos un cambio de era, pues luego que el siglo pasado nos diera la producción en masa, el crecimiento de los mercados globales de consumo y las economías de escala, hoy la disponibilidad de recursos en el futuro cercano es incierta. Todo esto ha creado la urgente necesidad de ser más eficientes, cuidar nuestros recursos y pensar dos veces las formas en las que producimos y consumimos.
Las TICs reducen la necesidad de intermediarios, aumentan la transparencia en los procesos y ayudan a acelerar el crecimiento de la economía, pero no sólo eso, sino que además, juegan un papel vital para la seguridad agroalimentaria para nuestra creciente población global.
En particular, las actividades y tareas que pueden ser transformados con las TICs son:
Comunicación
La comunicación es quizás la parte de la vida cotidiana más impactada por las TICs. Gracias a las aplicaciones de Chat, correo electrónico y las redes sociales modernas, hoy es casi imposible no tener acceso a otras personas sin importar dónde estén. En el negocio agrícola, el uso de tecnología para la comunicación tal como la combinación de videollamadas y el celular significa una reducción en costos de operación. Ya que al contar con una conexión a Internet celular decente, es posible que técnicos de campo se conecten con la oficina para mostrar el estado real del campo a nivel de suelo. Reduciendo así, el gasto de combustible al transportar muestras de un lado a otro innecesariamente. Esto sólo por mencionar un ejemplo.
Procesamiento de información
Tener datos en hojas de cálculo y en los sistemas de tu empresa agrícola no servirá de nada si no se procesan y se analizan. Tecnología para el análisis de tendencias pasadas y predicciones tales como el aprendizaje de máquinas no es ajena a nosotros en esta industria, pues llevamos décadas usando modelos predictivos en el pronóstico del clima. Sin embargo, lo que hoy es diferente son todas las nuevas aplicaciones que se les dá a los modelos predictivos y lo accesibles que son ahora. Lo cual quiere decir que ahora cualquiera de nosotros con suficientes datos puede hacer uso de estas herramientas para estimar con precisión costos, productividad, desempeño del terreno, disponibilidad del agua, etc.
Acceso a la información
Antes, en la vida cotidiana, para encontrar el mejor precio de un producto o servicio había que consultar a los vendedores uno a uno, pedir cotizaciones y visitar tiendas. Ahora, basta con un par de búsquedas sencillas en Google y listo, encontraremos el mejor precio en pocos minutos. Y con la democratización en el acceso a la información esta tendencia está llegando a todos los mercados e industrias, incluso la nuestra. Esto no sólo se trata de acceder a información de precios de maquinaria, productos e insumos, sino también: educación gratuita en línea, mercados, geopolítica, política nacional y nuestros propios cultivos y procesos.
Aunque no lo parezca, ninguna de estas tecnologías es difícil de adoptar, incluso algunas ya las tenemos, sólo no hemos encontrado la forma adecuada de combinarlas en nuestro trabajo.
Digitalizar la agricultura no es sólo algo bueno, sino también, necesario. Las TICs pueden funcionar en armonía entre ellas y así apoyar una agricultura climáticamente inteligente, es decir, las prácticas agrícolas que procuran aumentar la productividad, la sustentabilidad, reducir la fragilidad de los productores y bajar las emisiones de carbono. Sin ellas, crecer la productividad sustentable del campo es algo muy difícil de lograr, pues la clave, según los expertos, está en que cada vez más agricultores accedan a la información que necesitan para responder a los cambios del entorno y planear mejor, pues les permite tomar el control.
Compartir una lista de todas las soluciones y herramientas tecnológicas para la comunicación y la información aquí mismo hubiera alargado muchísimo el artículo, así que hagamos esto. Con mucho gusto me pongo a tu disposición si quieres descubrir soluciones para tus procesos sin cargo alguno. Sólo responde este correo y dime qué te gustaría saber. Yo te compartiré ideas para comunicarte mejor, tomar mejores decisiones basadas en datos y buscar la información que necesitas.